Oct 31, 2008

SUSANA

Conocí a Susana el primer día que pisé un gimnasio canadiense. Mi marido me había dado su consentimiento para empezar a tonificar mi cuerpo que ya empezaba a mostrar el cambio climático con desbordamientos por todos lados. Estaba yo como espantada porque nunca había asistido a una clase de aerobics en inglés, nunca. Entonces me replegué hasta atrás de manera que no fuera yo a perturbar a las que ya llevaban mas tiempo asistiendo.

Cuando vi a Susi me sonrió amablemente y yo me cohibí, tomé mi postura de mexicana “me agacho y me voy de lado”. Llevaba ya un año de vivir en Ottawa y podría decir que la gente no saludaba a menos que fueran conocidos. Me agradó que me saludara y a partir de ese momento comenzamos a pasar más allá del “good morning”. Ella tiene carácter loco como yo. Una risa escandalosa y contagiosa como la mía y le pasan muchas cosas como a cualquiera o como a mí y platica bastante, otra periquita. Ese año era 1999 y nuestra amistad perdura hasta hoy día, año 2008.

Mi amiga Susi me sorprendió con la agradable noticia de que si la aceptaba, vendría a Dublin a pasar con nosotros unos días. Con gran gusto y contento le dije que por supuesto. Llegó a casa con un jetlag impresionante, ella es unos cuantos añitos más grande que yo así que ya le pegan duro los cambios de aire. Su primer día en Irlanda comenzó a las 5 de la tarde. La recibí con una cena hecha con mis manitas y le dije no comas mucho para que puedas dormir bien y echate un buen bañito caliente que mañana empiezas a pedalear la ciudad de arriba abajo y del mar a la montaña, ah y sientete como en tu casa, para esto le acondicionamos la recámara de mi hijo. Y saben que me contestó? OK Mami.

Y así fue. Se iba desde las 10 de la mañana y regresaba a la hora en que nos sentaríamos a comer todos juntos. No hubo un día en que no le pasara algo y durante la cena nos platicaba todo lo que le había ocurrido o descubierto. En Dublín hay una zona que todos los turistas quieren conocer y ella no iba a ser la excepción, TEMPLE BAR, donde se va a beber y si es de noche, mucho que mejor. Pasó por ahí varias veces durante el día pero al final de sus caminatas estaba tan cansada que ya no podía dar un paso más para vivirlo de noche. Disfrutó de la cerveza Guiness y nosotros de su compañía.

También planeo varias veces hacer el “city tour” y por ancas o mangas nunca pudo. Le dije que no se lamentara, que ese tour es para turistas y ella es una viajera. La diferencia estriba en que al turista le dan su boletito, le llevan en autobús a todos lados, le dicen que mire lo que miran todos y hacen ahhh, ohhhh. En cambio el que viaja camina, descubre, arriesga y si además le pasan cosas buenas o no tan buenas, su recuerdo del paseo no se olvidará nunca.

Les cuento algo chistoso. Una mañana, tomó la bici para ir al faro. Llegando allí, vio a dos hombres pintando una pared y como le gusta hablar, entabló rápido conversación con ellos, les platicó que hacía en Dublín y por qué escogió esta ciudad, claro salió a relucir nuestra buena amistad y a ellos les sacó también la sopa. Después de contarles su vida y motivos vio una banca y ahí se fue a sentar, los señores continuaron pintando pero le dijeron cuidado, pintura fresca y ella pensó que en las paredes. Pues venían de pintar la banca de color azul. Un largo Shhhhhhhhitttt se oyó, acompañado de un “merde” y unas risitas burlonas de los pintores. Sus dos “nalgotas” quedaron pintadas en el banco, las barras de la banca en sus “nalgotas” y la pintura azul en el asiento de la bici no se si sean sus nalgotas o las barras o que. La pobre echó a perder su short, su blusa y su chaqueta. No he ido a ver si los pintores retocaron la banca o si dejaron así de recuerdo. Después les envío la segunda parte de, azul, las nalgas pintadas de azul. Esto último con la tonada de azul, pintado de azul, ok?

Algunas tardes, cuando comíamos mucho le decía, Susi, vamos a dar una vuelta a la manzana porque sino no vamos a poder dormir bien. Como íbamos por las calles a ella se le olvidaba que el sentido de la circulación de los autos es diferente, entonces al llegar a los cruces, la tomaba siempre de la mano y le decía, ahora Susi y ella contestaba, OK mami. Y las dos loquitas muertas de risa.

Además de platicar a la hora de la cena todo lo vivido y encontrado, le pedía a mi hijo que le prestara la computadora y su cuenta de Hotmail para enviar noticias a su casa. Asi que la cuenta comienza con el nombre de mi hijo y en la linea de asunto HEY ITS ME SUSIE FROM DUBLIN. Se fue encantada de mi hijo, quien no solo le prestaba la computadora sino que también le ayudaba a formatear fotos y le escuchaba pacientemente sus aventuras.

Se acerca el fin de semana y nos vamos a ir, Susie, mi marido y yo a IRLANDA DEL NORTE. Susana vio un folleto con unas fotos de un lugar que se llama el “Giants Causeway” (se traduciría como “La calzada del Gigante”) y alguien en Canada le dijo que tenía que ir al castillo de Blarney y eso nos pidió que hicéramos. Como no tenemos auto, nos propuso rentar uno pagado por ella y mi esposo haría la manejada. Nosotras ni de chiste ayudaríamos porque ya saben que se maneja del lado derecho. Mi marido aceptó, pero..................... pudimos cumplir su sueño?

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