Oct 31, 2008

ST.PATRICK/LA GUINNESS

Este día les comentaré de nuestra visita a la Cervecería Guinness. Ustedes pensaron que solamente les platicaría de nuestras visitas a lugares cultos como museos, o santos, como las catedrales, iglesias, o sobre la vida de los Premios Nobel que tiene la literatura irlandesa. No, pues que aburrido. También de vez en cuando me gusta portarme mal, muy mal. Pueden seguir leyendo o oprimir la tecla de delete. Sobre la literatura les platicaré en la próxima entrega.

Bueno pues, en compañía de nuestros amigos nos encaminamos hacia la cervecería, así sin preguntar, ni investigar, ni nada. Esa mañana hacía mucho frío y un viento inclemente. No sabría decirles si el viento sabía hacia donde yo iba, pero quiero que sepan que hasta me regresaba. No me creen? Pueden preguntarle a mis acompañantes. Además, como que en su soplido podía yo entender que me decía, no vayassss, no vayassss. Y mi amiga que me pesca del brazo porque veía que ya iba yo como dice la canción “de reversa mama, de reversa”.

Y así, pepenada de su brazo, llegamos a la fábrica. Mi marido iba agarrado del esposo de ella porque así se entiende uno mejor, hombre con hombre y mujer con mujer, en el chisme. Esa mañana como que se confabularon el viento, el frío, la nieve, la lluvia y luego para completar, la cola de gentes que le daba la vuelta a la fábrica pero nosotros insistimos, queremos cerveza! Nos echamos como una hora para llegar a la entrada y que creen, como buena mexicana, antes de la entrada voy y me quedo mirando que hace la gente y no pues que descubro que como en todos lados hay vivales que se meten y yo no me iba a quedar haciendo todo el día cola. No!

Ya entramos y noté que tienen bien montado el espectáculo. No recuerdo el orden pero aquí va una breve descripción. Una sección con los cuatro ingredientes con que se elabora la cerveza: cebada, agua de manantial de las montañas de Wicklow cerca de Dublín, una planta que se llama hop (en español es lúpulo) y levadura. Otra sección con maquinaria para tostar y moler el grano, como en el café, para la mezcla, etc. Después una cascada. El contrato. Esto si que es bueno.

Sucede que el papá del fundador de la Guinness era administrador de la cerveceria y parte de sus labores era supervisar la elaboración de la cerveza y se supone que de aquí le salió el gusto (a quien no) a su hijo Arthur. Por aquellos años Irlanda sufría porque los ingleses no le echaban tantos impuestos a la cerveza como ellos. Una fabriquita en un barrio que se llama St. James’s Gate estaba medio en banca rota, con poca maquinaria y en malas condiciones. El Sr. Arthur Guinnes la ve y decide rentarla. El contrato, firmado en el año 1759, fue por 9mil años a una renta anual de 45 libras.

Para empezar, primero elaboró el ALE, que es también cerveza pero de sabor fuerte y color claro, pero los ingleses seguían sacando nuevas formas y entonces él creó lo que conocemos como GUINNESS (es oscura). Se casó y tuvo 21 hijos, de ellos sólo diez llegaron a la edad adulta. El contrato original lo tienen expuesto pero a buen resguardo en una vitrina para ser mas claros.

En las otras secciones están los archivos que se pueden visitar, un programa interactivo para saber que tanto alcohol somos capaces de ingerir y que tanto sabemos de los efectos de esto. Yo pasé de largo porque ya me tienen bien medidita. Ah, una pruebita de cerveza. Pasamos al siguiente piso, otra prueba de cerveza con botana de salmón ahumado. Se podía regresar a otra prueba y a otro sandwichito.

Para hacer el cuento corto, en el último piso (7) tienen un bar-mirador y ese día había un grupo tocando canciones muy de borrachos digo yo porque no conocía ninguna, ya con varias pruebas de cerveza casi me pongo a cantar pero lo único que pude hacer fue pararme enfrente a aplaudir, mis manos se iban por todos lados o estaban a destiempo. Y todavía le daban a uno su “pinta” de cerveza -antes fueron solo pruebas, acuérdense-, un llavero que contiene una gotota de cerveza y saluuuuud amigossss.

Como me pagan por contar esto les diré que esta cerveza vende 1.8billones de pintas por año en el mundo. Desafortunadamente, a mi no me gusta la cerveza, así que todas se las pasé a mi esposo por eso no sale en las fotos porque ya andaba impresentable. Salucita de todos modos. Continua.......

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