MALAHIDE CASTLE

En el año 1086, el Rey Guillermo “El Conquistador” pidió a sus oficiales que investigaran cuánta gente poseía tierras en Inglaterra. Ellos recorrieron todas las aldeas que conformaban su reino e hicieron una lista de todo cuanto tenían en sus casas, desde el nombre de la familia hasta el animalito más chiquitito fue “inventariado”. Todo esto fue escrito en un libro y en latín y se le tituló “Doomsday Book” el cual, hasta el momento actual, puede ser admirado en Londres. Este libro suplantó al anterior, ya que el propósito de este hombre era hacer que la gente pagara más impuestos. Lo de siempre.


Este rollito es para contarles que, desde el año 1086 en el Doomsday Book está asentada la existencia de la familia TALBOT quienes poseyeron por 791 años el castillo de Malahide. He aquí como sucedió, aunque va a ser un poquito difícil resumir 800 años en dos hojas para no agobiarlos tanto. Malahide en gaelico significa Colina de Arena.


La historia de Malahide la hace única, por el simple hecho de que la familia TALBOT ocupó este castillo desde el año 1185 y generación tras generación vivieron casi felices por cerca de 800 años. Digo casi felices porque entre 1649 y 1660 el malvado Oliver Cromwell invadió y ocupó esta parte de Irlanda. Las tierras, el puerto y el castillo de Malahide, que en un principio fue una torre normanda, fueron otorgados a Sir Richard Talbot en 1185 quien, a su vez era “Lord” de Shrewsbury, Inglaterra. Fue el primer Talbot de Malahide y se fue ahí premiado.
Como perdieron el castillo por un tiempo los Talbot, aquí les cuento.


Cromwell creó varias leyes contra los católicos romanos y confiscó todas sus propiedades y tierras. La reconquista de Irlanda, comenzó en Drogheda, a 50kms al norte de Dublín y lo hizo con extrema crueldad. Sus hombres masacraron a los sacerdotes y a la guarnición de esta pequeña localidad comandada por Arthur Aston, a quien con su propia pierna de palo le dieron muerte y eso que esta gente era de origen inglés. La noticia de la caída de Drogheda corrió por toda la horrorizada Irlanda y hasta hoy en día se recuerda la crueldad que caracterizó a Cromwell. A su muerte, todo se regresó a como estaba. El cuerpo de Cromwell fue desenterrado y su cabeza ensartada y expuesta como un traidor. Todo se paga, lastima que ya para ese momento nunca más podía quejarse de dolor de cabeza.


Pero la historia le ha hecho justicia a Cromwell ya que en Inglaterra hay una estatua de él, no sé por que rumbo. Es considerado como la persona que quitó un poco del poder absoluto a monarcas y hacer una brillante carrera militar, pero en nuestros tiempos modernos, podría caracterizarsele como un genocida, comparable, dicen algunos, con Hitler.


Continuo. Después de la rendición de Malahide ante el ataque de las fuerzas enviadas por Cromwell, el castillo estaba habitado por John y Catherine Talbot, quienes fueron desterrados y el castillo lo usurpó un militar apellidado Corbet, quien lo tomó como su residencia oficial y al momento de instalarse dijo que era uno de los castillos más fuertes del área de Dublín. Pagaba 50 libras por año y lo convirtió más en un asentamiento militar mas que residencial.

En el año de 1650 el castillo se encontraba muy descuidado y Corbet lo había hecho saber cuando lo ocupó, dijo: es un castillito irlandés y necesitaría unas 500 libras para acondicionarlo. John y Catherine Talbot que ya estaban de regreso de su destierro le dieron una manita de gato.
Empezó a correr una leyenda que dice que a uno de los Talbot en un sueño le fue advertido que debería de construir un oratorio, adornado de pilares de marfil. Como la economía no andaba tan bien, mandó hacer los pilares de roble y los pintaron de blanco. Y dijo, no creo que la Santísima Virgen se de cuenta de la diferencia. Sin embargo, después de un tiempo ni él mismo podía ver los pilares blancos y los pintó de color oscuro. Este salón conserva uno de los más finos ejemplos de paredes recubiertas con paneles de roble del siglo 16 esculpidos con motivos bíblicos. De verdad que esta bonito.


LA FAMILIA TALBOT.- De Francia pasaron a Inglaterra y después a Irlanda. Durante el siglo 14 mantuvieron relaciones con Inglaterra y aliados en Francia y tomaron parte en las guerras hasta que los ingleses fueron expulsados de Normandía donde estaban de ocupacionistas, Unos de estos Talbots llamado, Sir John Talbot, mejor conocido como Lord Furnival, defendió un área de 20 millas alrededor de Dublín durante seis años, con pocos recursos contra los O’Byrnes, O’Tooles y O’Nolas hasta que los venció. Se dice que sembró el terror entre los jefes irlandeses con su sola presencia, pues como estaría de feo o sería de malo, ay Dios. Su modo de gobernar agradaba al rey y fue llamado a la armada inglesa. Fue a luchar a Francia, acumulando victorias y fama hasta que le pararon los tacos. Una doncella lo derrotó en la Batalla de Patay. Quien fue esa gran mujer. JUANA DE ARCO!!!!


Lo hicieron prisionero pero en el año 1433 fue liberado, debido a que Juana fue juzgada y martirizada. Lo de siempre, las mujeres no merecían ser triunfadoras. El maldito de John Talbot vuelve a las andadas, digo a los pleitos y hasta lo nombraron Marshall de Francia en 1441. Lo colmaron de títulos y riquezas pero para él nada era suficiente. Su sed de sangre y luchas lo llevaron a otra guerra en 1452 y fue ahí si, derrotado y muerto, junto con su hijo en la batalla de Chastilion, que bueno, ya era hora! A este John Talbot o Lord Furnival se le conoció como el terror de Francia y con el tiempo se convirtió en una macabra leyenda. Las mujeres para espantar a sus niños no les decían coman o duermanse que ahí viene el coco, sino que les decían, ahí vienen los Talbots. Con la muerte de este terrorista se acabaron las esperanzas inglesas de dominar Francia.


Tan sonado fue este Lord Furnival que 153 años después de su muerte Shakespeare lo revive en su obra Enrique VI, lo que le da inmortalidad.


Otro caso curioso dentro de la familia Talbot sucede cuando uno de ellos contrae matrimonio con Maud Plunkett, mejor conocida como “la doncella, esposa y viuda el día de su boda”. Maud se había casado en primeras nupcias con el barón Thomas Hussey, quien fue muerto en una escaramuza horas después de su matrimonio. Se casa con Richard Talbot y éste también, poco después de haberse casado con ella muere. Ni ella ni los hombres escarmientan y contrae matrimonio por tercera vez. Lo mismo, su tercer marido se muere y ella vive feliz y contenta recibiendo pensiones de los tres esposos. Ya no se vuelve a casar porque ahora si todos tenían miedo, bueno ni la miraban.


Ya acabo, haré los relatos de los Talbots más cortos. Acercándonos a tiempos más recientes, encontramos a uno de ellos navegando con el Almirante Horacio Nelson. Sirvió a la marina durante 63 años y participó en 14 combates a bordo de buques de guerra, terminó su vida con honores. Otra Talbot llegó a ser Condesa del Imperio Austro-Húngaro. Thomas Talbot emigró a Ontario, Canada y le dieron unas tierritas por ahí por el lago Eire. Dicen que para no desilusionar a sus antecesores, gobernó esta región con mano de hierro y murió en London, Ontario a los 82 años y dejó su fortuna a su sirviente George McBeth.


En la actualidad existen tres Malahides en el mundo. Uno en Dublín, Irlanda, otro en London, Ontario y el tercero en Tasmania!!!!! Como pasó esto? Pues sucede que al Coronel William Talbot, siendo solterito, le fueron dados 21mil acres de tierra frente al rio Esk en Tasmania. Ahí se dedicó a la cría de borregos. El último miembro de los Talbots, la Honorable Rose Talbot habita en Malahide, Tasmania hasta el momento actual. Dicen que no pudo con los costes para mantener el castillo ni con los impuestos.


La familia Talbot con todo y sus macabras guerras, disputas, conquistas y herencia, cultura y bondades, disfrutan hasta hoy de reconocimiento tanto en Inglaterra como en Irlanda, ya que las masacres y demás brutalidades cometidas y que empañan algunos episodios fueron típicas de esos tiempos. Y nada de eso se puede cambiar.


Y hay mucha, mucha más historia, imaginense 800 años, con miembros tan terribles, con bellezas, sin descendientes. Y para acabar el cuento con fantasmas. Aseguran haber visto dos en el castillo de Malahide, un hombre y una guapísima mujer. Alrededor del castillo hay una abadía con cementerio y un precioso y cuidado jardín. No les anexo fotos de sus interiores porque no permiten hacerlas. Su estado de conservación es óptimo debido al extremo cuidado que tienen para preservar tan bonito lugar. Y colorin colorado este malahaido cuento se ha terminado. Desde Irlanda.... con amor.