ADIOS IRLANDA

La comisión en Irlanda llegó a su fin el pasado mes de octubre. En diversas reuniones de trabajadores que no de trabajo porque para eso las hormigas no estaban invitadas, dejaba de manifiesto su aburrimiento de Irlanda porque no hay nada que hacer, porque ya había llegado a conocer la vida política, económica e intelectual a tal grado, que todo era algo menos que previsible y por lo tanto nada de interesante mucho menos importante.
Un mes antes de la salida se me vino un repentino calentamiento global con la fuerza del tsunami de diciembre 2005.  Me vi envuelta en olas de papeles porque había que elaborar un documento con todo lo habido y hecho durante el tiempo que se vivio en Dublín, habia que reservar pasajes aéreos para todo el clan, unos saliendo de aquí, otros saliendo de allá, otros que se tienen que encontrar por acullá y luego buscar compañías de mudanza que pudieran llevarse todo lo acumulando hasta el día del regreso a la patria, incluida la colección de muñequitos del Kinder Surprise.
Pues no es mucho, no? Hubo que quitar casa, enviar a bodega las pertenencias de la compañía pero antes cotizar tres veces y que no falte el peso ni las medidas, ni el seguro, ni la .......y hacer el inventario.
Y las fiestas de despedida de allá para acá y de aquí para allá y el menu y los vinos y las despedidas de los otros? Que bueno que no sirvo.  Pobres de las que si sirven porque si a mi me envolvió un tsunami a ellas les fue como en una explosión volcánica, quedaron hechas polvo o cenizas!
Por fin en la patria, a un mes de distancia se empieza a saborear la calma, mucha calma.  Mi calentamiento global se lo ha llevado el invierno un poco más frío que el de otros años, o tal vez es mi vejez.  Ha llovido mucho, se ha inundado Cork, al sur de Irlanda, en la costa oeste ha nevado y habido varios accidentes. No hemos ido ni a ver piedras caray!