Jan 2, 2010

PLANEAR

Si por el titulo creen que estoy planeando algo siento decirles que no. Lo que pasa es que este verbo me hace soñar, es un verbo inmenso que me permite planear desde mi horario de actividades del dia, pasando por los viajes, las remodelaciones, hasta mi plan de vida. Es un verbo que me gusta porque la mayoría de las personas cuando planeamos lo hacemos de manera positiva y al pensar positivamente nos alegramos internamente y vivimos a la espera de que ese plan se cumpla. Nos proporciona un motivo para ver con positivismo nuestro futuro inmediato.  Aunque existen mentes perversas que planean maldad.  Pero volviendo a lo que todos esperamos de los planes cuando incluye a otras personas creamos un círculo de alegría que no nos la acabamos, generamos en nuestro cerebro un festín que se nos sale por los ojos y nos pone una linda sonrisa en nuestro rostro.
Pero qué pasa si nuestros planes se truncan, si sólo los llevamos al cabo a medias? Nos frustramos, nos enojamos contra todo el mundo o simplemente nos conformamos y terminamos diciéndonos bueno, por algo será?
A mi esto me pasa muy seguido.  Planeo mucho y hago poco.  Creo que mi problema -del cual no tengo la culpa- es planear demasiado o soñar dormida y despierta. Sobre todo me encanta viajar, es mi pasatiempo principal, mi hobby favorito, mi sueño eterno.  Desde que estamos en Irlanda, ando pensando que estoy cerca de Tere, Miri, Nuri, Mima, Rebe, Irma y Ana y de Poncho.  Cada una de ell@s en un país diferente y cada un@ me invitan a visitarlas.  Por supuesto que también son muy bienvenid@s a mi hogar. Y le comento al esposo, oye que te parece si visitamos a tal o cual amig@.  Su respuesta: ya veremos.  A él no le gusta planear, cosa que me altera los nervios porque es totalmente lo contrario a mi.
Por ejemplo, desde el verano de 2009 le comenté si le parecía un buen momento comenzar a planear donde pasar la navidad y el año nuevo. Sin esperar a que me respondiera le dije a mi se me antoja ir al sur de España que no conocemos y donde se supone que las temperaturas son suaves y hay sol, cosa que en Dublín no.  Me respondió que le parecía buena idea, fue todo, no agregó más.  Esas dos palabras "buena idea" ni se imaginan el efecto que tuvieron en mi.  En cuanto había tiempo disponible entraba a la internet y buscaba información sobre las ciudades que me atraía conocer, Málaga (quedarnos en Ronda) y Cádiz.  Hice lista de sitios interesantes patrimonios de la humanidad,  hoteles, casas rurales, rutas, renta de auto, etc.  Faltando dos meses para la navidad hablé con mis hijos y les expuse el plan.  Ni fu ni fa.  Esto no me detuvo, seguí recopilando información y buscando vuelos.
Yo tengo muchos días pendientes de vacaciones y el esposo solo una docena de ellos.  Le pedí que pasara su solicitud de días para formalizar los planes de viaje.  No lo hizo.  Internamente tal vez traía el pleito entre si quedarnos en Europa o ir a nuestra tierra pero quien sabe, a mi nunca me dijo nada.  Total que se le adelantó el otro colega y el se quedó sin derecho a tomar los días.
Por primera vez me alegré de que esto pasara -que mi esposo no haya hecho nada de planes n a d a- ya que por las noticias nos enteramos del temporal que azotó (ojo al cambio climático y a los escasos resultados de la cumbre de "HOPENHAGUE") la costa sur de Andalucía, lluvias torrenciales, inundaciones, retrasos o cancelación de vuelos, trenes, carreteras cortadas sobre todo en Cadiz. Son de lamentarse estos fenómenos metereológicos contra los cuales no podemos hacer nada y que afecta a familias, cultivos y mis vacaciones incluidas, sin embargo gracias a los NO PLANES de mi esposo, nos quedamos en casa, tuvimos una navidad en paz y un inicio de año nuevo con nieve.
Y ahora qué hago, le hago caso al esposo o dejo de planear?

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