DE NAVIDAD A AÑO NUEVO

Hemos tenido un horario comprensivo desde el día 24 hasta el 31 si, nos dejaron salir dos horas antes del horario habitual.  Esas dos horas ganadas me inspiraron para ir de la cama a la cocina y de la cocina a la cama. Guisar, comer, descansar, pararse a guisar, comer, tirarse a la cama. Si no  me da sueño miro el pequeño librero que tengo frente a mi cama y tomo cualquier revista de comida, planeo que cocinar que no nos engorde. O miro mi correo sentadita, leyendo, emocionandome o reenviando aquellos mensajes que a mi parecer son interesantes.  Con toda esta weba y por increíble que parezca no he subido de peso. He hecho pocas caminatas y comido pan, carne, pasta, mucha fruta y verduras. Pero llega un momento en que mis hijos me dicen, se ha acabado el yogur, ya no hay leche o falta pan, entonces miro a mi esposo y le digo: se han acabado algunas cosas y me paro, me visto y con un frío inusual en Dublin tomamos el auto y vamos por las cosas que se han agotado y sin las cuales aunque haya carne, pasta, fruta y verduras, mis vástagos dicen que no hay nada de comer. Ellos están de vacaciones y van de la cocina a la mesa, de la mesa al cuarto de la televisión, de la televisión bajan a la cocina y así estamos todos. Dando vueltas en la casa.
Podría parecer que somos aburridos, rutinarios, golosos, mas sin embargo estoy contenta.  Mis hijos están en casa no en los pubs. Si necesito ayuda ahí están.  Mi esposo está también conmigo, de repente se acuesta a mi lado, si no se va a la sala y se pone a "editar" nuestros viejos videos o también se pone frente a la computadora a ver que encuentra o si no se pone a leer, de todos nosotros es el único que está leyendo un libro gordo. 
Por mi parte, si me meto en la cama y no me quedo dormida busco programas interesantes en la tele, o vuelvo a  ver alguna pelicula que me haya gustado, una oportunidad para salir de la cocina.  La casa está limpia, huele a ponche, pollo y a pastel de chocolate.
En esta temporada no hicimos grandes gastos porque los regalos son más selectos, ya no es lo que yo siento que desean si no que les pregunto que les gustaría o necesitan tener.  En eso me ayudan bastante son muy comprensivos ya que solo piden una cosa.  No exigen, no gritan, no pelean, no los noto aburridos, se procuran sus juegos, sus películas, mis hijos han crecido.