Apr 5, 2011

CUANDO LOS HIJOS SE ENFERMAN

Con uno de mis tres hijos estoy experimentando lo que es la falta de salud. Me resulta durísimo aceptar que el cuerpo de mi hija esté tan indefenso. Al momento me salta la culpabilidad, en qué fallé, en qué momento me distraje, cuándo fue que pasé por alto sus lamentos. Oh Dios, que fuerte es esto. La última noticia que mi hija me dio sobre su precaria salud me encontraba yo comiendo, en cuánto me soltó el diagnóstico que el médico le dijo sentí un nudo que me impedía pasar lo que tenía en la boca. Respiré hondo y lo primero que le dije fue no le hagas caso, debe estar equivocado y conseguiremos otro doctor, haciendo acopio de una fortaleza que yo sabía que no me iba a durar. Ese día estaba en el restaurant del aeropuerto saliendo de mi país, con esa noticia me despedí de mi hija.
Sobra decir que soy como Libertad Lamarque, llorona, muy llorona. Abracé largo y tendido a mi hija y en cuanto le di la espalda para pasar el security point, me brotaron las lágrimas sin contención, hasta el oficial de migración ha de haber sentido lástima de mi al ver mi intento por no llorar. Me limpiaba y me limpiaba las lágrimas que no dejaban de salir.
Si aún nos faltan pruebas y más pruebas antes de tener ya un diagnóstico certero no entiendo por qué yo me encontraba tan triste. Tuve que entrar al baño, lavarme la cara y calmarme porque parecía que estaba ya deshauciando a mi propia hija, yo, sin tener ningún conocimiento de las enfermedades y su consecuencia. Que falta la mía de agravar los casos. Me insulté yo misma por ser pesimista. Después de mi autoregaño me dije, asi calmada ya puedes analizar la situación y pensar en un plan de acción. Pues manos a la obra, hablé con mi hermana la doctora y con ese saber y experiencia adquirido a lo largo de su profesión, tranquilamente me dijo no te preocupes le vamos a hacer estudios. Si tiene algo pero no tan grave como de inmediato se lo imaginó mi mente.
Tengo que trabajar mi cerebro para no acelerarme en vano y a tal grado que yo misma me cause un susto que provoque o desencadene otra cosa. De todas maneras no puedo evitar asustarme cuando mis hijos se enferman.

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